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La esperanza de vida ha aumentado de forma notable en las últimas décadas tanto es así que existen muchas personas que superan los ochenta años de edad mientras que algunos afortunados llegan a cumplir cien años. Lo cierto es que la vida no se determina tanto por la cantidad de tiempo como por la calidad del tiempo, es decir, el ser humano debe aprender a disfrutar el presente como el mayor regalo que tiene entre sus manos.

Sin duda, hoy día, y precisamente como consecuencia de la esperanza de vida también surgen nuevas enfermedades que afectan especialmente a la vejez: el alzhéimer implica una progresiva pérdida de memoria tal vez por eso, puede ser considerada la enfermedad del olvido.

Pero además, es una enfermedad en la que no solo requiere un apoyo y atención constante el anciano, sino que también es esencial que los familiares que cuidan del enfermo reciban un apoyo y tengan un espacio para sí mismos. De lo contrario, puede llegar a sentir un cansancio crónico y prolongado que puede conducir a una tristeza crónica.

El alzhéimer es una enfermedad dura, pero no trágica, puesto que ofrece la posibilidad de descubrir la verdadera esencia del ser humano en su máxima potencia, la humanidad que late en el corazón dormido de la enfermedad. Sin duda, el cariño es uno de los mayores ingredientes que necesita un anciano enfermo de alzhéimer, puesto que el amor es un alimento emocional que fortalece el espíritu.

Generalmente, afecta a pacientes mayores de 65 años. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta a través de algunos trastornos de conducta y un constante deterioro cognitivo. Las neuronas mueren poco a poco y algunas zonas del cerebro se deterioran. De momento, los expertos siguen investigando en orden a conseguir una solución definitiva para la enfermedad de alzhéimer.